Tipos de insecticidas según método de aplicación y cultivo

Tipos de insecticidas de acuerdo con el tipo de cultivo y método de aplicación

Insecticidas

Tipos de insecticidas utilizados en agricultura según el método de aplicación y el tipo de cultivo.


Insecticidas de contacto:

Estos insecticidas matan a los insectos que entran en contacto directo con ellos. Son útiles para controlar plagas en las hojas de las plantas y se aplican pulverizando la solución sobre las hojas.

Ventajas: Tienen un efecto rápido y pueden matar a los insectos en poco tiempo. Tienen un bajo costo. Pueden ser selectivos y no afectar a otros insectos no deseados.
Desventajas: Solo son efectivos si entran en contacto directo con los insectos, lo que puede ser difícil si estos se encuentran ocultos o protegidos por otras estructuras. Pueden ser tóxicos para los humanos y otros animales si se inhalan o se absorben a través de la piel.

Insecticidas sistémicos:

Son absorbidos por las raíces de la planta y transportados por toda la estructura de la planta, incluyendo las hojas y los tallos. De esta manera, cuando los insectos muerden o chupan la savia de la planta, ingieren el insecticida y mueren.

Ventajas: Pueden ser absorbidos por las plantas y transportados a través de la savia, llegando a todas las partes de la planta y matando a los insectos que se alimentan de ella. Tienen una duración más prolongada en el tiempo que los insecticidas de contacto.
Desventajas: Pueden ser tóxicos para otros organismos, como abejas y otros insectos beneficiosos, si se aplican incorrectamente. Pueden acumularse en el suelo y en las plantas, lo que puede tener efectos negativos a largo plazo en el medio ambiente.

Insecticidas de estómago:

Estos insecticidas son ingeridos por los insectos y afectan su sistema digestivo. Pueden ser aplicados como cebo o en la superficie de la planta.

Ventajas: Son efectivos para controlar insectos que se alimentan de las hojas o el interior de la planta. Tienen un efecto prolongado y pueden matar a los insectos en cuestión de horas o días.
Desventajas: Pueden ser tóxicos para los humanos y otros animales si se ingieren accidentalmente. Pueden ser menos efectivos que otros tipos de insecticidas si los insectos no consumen suficiente cantidad del producto.

Insecticidas de acción biológica:

Estos insecticidas utilizan microorganismos como bacterias, hongos y virus para controlar las plagas. Estos microorganismos pueden ser específicos para una sola especie de plaga y no dañan a otros insectos o animales útiles.

Ventajas: No son tóxicos para los humanos y otros animales. Son específicos para las plagas y no dañan a otros insectos beneficiosos.
Desventajas: Pueden ser menos efectivos que otros tipos de insecticidas si no se aplican correctamente. Pueden requerir más tiempo para ver resultados en comparación con los insecticidas químicos.


Tipos de insecticidas según el tipo de cultivo:

Insecticidas para cultivos de cereales: Los insecticidas para cultivos de cereales suelen incluir ingredientes activos como deltametrina, clorpirifos, fipronil, lambda-cihalotrina y metilclorpirifos.

Insecticidas para cultivos de algodón: Estos incluyen productos que contienen ingredientes activos como cipermetrina, esfenvalerato, clorpirifos, endosulfan, deltametrina, la lambda-cihalotrina  y el metomilo, entre otros.

Insecticidas para cultivos de caña de azúcar: Los insecticidas para cultivos de caña de azúcar suelen contener ingredientes activos como imidacloprid, clorpirifos, fipronil, cypermethrin, entre otros.

Insecticidas para cultivos de café: Los insecticidas utilizados en cultivos de café pueden incluir ingredientes activos como deltametrina, lambdacihalotrina, cypermethrin, y clorpirifos.

Insecticidas para cultivos de tomate: Estos pueden incluir productos con ingredientes activos como bifentrina, espinosad, indoxacarb, metomilo, y neonicotinoides como el imidacloprid.

Insecticidas para cultivos de flores: Los insecticidas utilizados en cultivos de flores pueden incluir productos con ingredientes activos como la abamectina, bifentrina, imidacloprid, y tiametoxam.

Insecticidas para cultivos de banano: Estos pueden incluir productos con ingredientes activos como el clorpirifos, endosulfan, fenitrotion, y profenofos.

Insecticidas para cultivos de soja: Los insecticidas utilizados en cultivos de soja pueden incluir ingredientes activos como la cipermetrina, el tiametoxam, el clorpirifos y la lambda-cihalotrina.

Insecticidas para cultivos de patata: Estos pueden incluir productos con ingredientes activos como la deltametrina, el clorpirifos, el imidacloprid, la lambda-cihalotrina y la tiametoxam.

Insecticidas para cultivos de maíz: Los insecticidas utilizados en cultivos de maíz pueden incluir ingredientes activos como la bifentrina, el deltametrina, la lambda-cihalotrina, el clorpirifos y el metomilo.

Insecticidas para cultivos de arroz: Estos pueden incluir productos con ingredientes activos como el clorpirifos, la lambda-cihalotrina, el imidacloprid y el tiametoxam.

Insecticidas para cultivos de frutas: Los insecticidas utilizados en cultivos de frutas pueden incluir ingredientes activos como la cipermetrina, el clorpirifos, la lambda-cihalotrina, el imidacloprid y el tiametoxam. Además, algunos cultivos de frutas, como los cítricos, pueden requerir el uso de insecticidas específicos, como el aceite de neem o el spinosad.

Insecticidas para cultivos de hortalizas: Estos pueden incluir productos con ingredientes activos como la deltametrina, la lambda-cihalotrina, el clorpirifos, el imidacloprid y el tiametoxam. Además, algunos cultivos de hortalizas pueden requerir el uso de insecticidas específicos, como el spinosad para el control de moscas blancas.

Insecticidas para cultivos de vid: Estos pueden incluir productos con ingredientes activos como la abamectina, la deltametrina, la lambda-cihalotrina y el imidacloprid.

Es importante tener en cuenta que cada cultivo puede tener diferentes requerimientos y necesidades específicas en cuanto a control de plagas, por lo que es importante consultar con un especialista en el área para determinar los productos adecuados y la dosificación correcta para cada caso. Además, es importante seguir las regulaciones locales y las prácticas de manejo integrado de plagas para minimizar el riesgo de contaminación ambiental y daño a la salud humana.